Con la intención de modernizar su flota, el país podría recibir 38 cazas F-16 MLU Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea Danesa, 30 F-16MLU monoplaza, 8 aviones biplaza y ex Lockheed P-3N Orion noruegos, que servirán para patrullar el litoral marítimo nacional.
Por Antonio D’Eramo
Los miembros del Ministerio de Defensa nacional y la Fuerza Aérea Argentina están pendientes de la decisión del Senado estadounidense que analizará los dos pedidos de la administración demócrata de Joe Biden, una tendiente a obtener la aprobación de la venta de aviones F-16 usados de la Fuerza Aérea de Dinamarca a la República Argentina y la otra para avalar la compra de un total de cuatro unidades P-3 Orión, procedentes de Noruega.
La luz verde estadounidense se encendería durante septiembre, a pesar de las objeciones que suele presentar la diplomacia del Reino Unido por el embargo sobre armamento que decretó contra la República Argentina.
Una restricción unilateral que impide vender al país material bélico que contenga piezas de origen británicas.
Sin embargo, los Estados Unidos plantean reemplazar algunas de esas piezas y buscar modelos que no las contengan en una clara muestra del interés geopolítico por la región austral del continente americano.
Además de ser una táctica para contrarrestar la creciente influencia de China, quien podría haber sido un potencial proveedor de aviones cazas para la Argentina.
Desde la Segunda Guerra Mundial, los cazas son la principal arma con el que las fuerzas armadas consiguen la superioridad aérea sobre sus oponentes en batalla.
Estos pequeños aviones militares son veloces, maniobrables y fundamentales para mantener la superioridad aérea en cualquier conflicto desatado alrededor del mundo.
A pesar de ser fundamentales para la defensa del cielo nacional, desde 2015 la Fuerza Aérea Argentina carece de estas aeronaves porque en diciembre de ese año volaron por última vez los legendarios Mirage con los que los pilotos operaron desde 1972.
Fueron 43 años de servicio de los Mirage IIIEA, AIA, Mirage Iiib y Dagger, algunos de los modelos, que en la actualidad no tienen reemplazos a pesar de las ofertas que los funcionarios de Defensa tienen sobre sus escritorios.
En ese sentido, hay varias opciones, muchas de ellas atractivas por el financiamiento y porque logran evadir el embargo militar impuesto de manera unilateral por el Reino Unido que obliga a los países miembros de la OTAN a no vender armamento o componentes de los aviones militares que tengan piezas inglesas.
Esa prohibición llevó a los militares y funcionarios nacionales a evaluar otras alternativas además de los F-16 de la Lockheed Martin.
Una de esas alternativas es el Chengdu FC-1/JF-17 de China y el modelo indio, HAL Texas, desarrollado y construido por los ingenieros aeronáuticos de la compañía de Bangalore Hindustan Aeronautics Limited (HAL) de capitales estatales, para la adquisición de 15 aeronaves con amplia financiación para concretar la operación.
En el caso de los aviones chinos del gobierno de Xi Xinping, los JF-17 Thunder, conocidos en Beijing como el Chengdu FC-1 Xiaolong, un avión de combate multirrol desarrollado junto a la industria aeronáutica de Pakistán, se trata de una operación de venta de12 cazas cuyo costo asciende hasta los 50 millones de dólares por unidad.
A pesar de no conocerse los detalles completos de la oferta de China y de la India y de haber realizado varios encuentros en Buenos Aires y, también, en Nueva Delhi y Beijing, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, y el Brigadier General, Xavier Isaac, aguardan por la decisión del Senado estadounidense que debería expedirse favorablementeÿ durante septiembre para autorizar al gobierno demócrata de Joe Biden a dar luz verde a la adquisición de la Argentina de los aviones de segunda mano que actualmente se encuentran en servicio de la fuerza aérea dinamarquesa.
Con la intención de modernizar su flota, la Argentina podría recibir 38 cazas F-16 MLU Fighting Falcon de la Real Fuerza Aérea Danesa, 30 F-16MLU monoplaza, 8 aviones biplaza y ex Lockheed P-3N Orion noruegos, que servirán para patrullar el litoral marítimo nacional.
El valor estimado del contrato, que abarca aviones, armamento y piezas de repuesto, ronda los 330 millones de dólares.
La oposición también pide fortalecer a las fuerzas militares nacionales
En una conferencia organizada por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), el ex presidente de la Comisión de Defensa de la HCDN y referente de la Unión Cívica Radical en Defensa Carlos Fernández explicó que durante 40 años, la Argentina se ha desarmado unilateralmente en Defensa” y remarcó: “Debemos impulsar una política de recuperación de capacidades que nos permita controlar los espacios soberanos, las fronteras, disuadir amenazas y contribuir al orden. Seguridad efectiva para generar confianza, desarrollo productivo y plena integración al sistema internacional”.
Asimismo, continuó: “Hoy la Argentina se encuentra en crisis.
Pero las crisis son una oportunidad; los cambios que en tiempos normales llevan décadas o parecen imposibles, en momentos inciertos se aceleran y las transformaciones profundas se vuelven posibles”.
Durante la disertación titulada “La política de Defensa para el siglo XXI ¿Qué necesitamos, qué tenemos y qué podemos financiar?”, afirmó que “la Defensa puede y debe contribuir al orden en la Argentina y se debe revertir este proceso de desconfianza ideológica contra las fuerzas armadas, por absurdo, injusto y porque es un lujo que no nos podemos permitir”.
“Desde su especificidad, las Fuerzas Armadas pueden aportar sus capacidades para resolver los problemas de los argentinos”, aladió.
Esa corriente de opinión del referente de Juntos por el Cambio, coincide con los planes esbozados por el Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.
La Argentina no pertenece, solamente, a América, sino que extiende su territorio en dos continentes: el segundo es el Antártico.
Y, esta noción, que no se suele tener en cuenta en la vida cotidiana es el eje central sobre la que se han desplegado los planes y proyecciones elaborados por el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas.
La institución que conduce el teniente general Juan Martín Paleo tiene ambiciosos proyectos para la defensa del territorio nacional, aún en épocas de vacas flacas para el país y de desafíos internacionales, entre las superpotencias del mundo, que han tomado a Ucrania como escenario para dirimir sus diferencias.
En una exposición de marzo de 2022 para inaugurar el ciclo académico de la Escuela Superior de Guerra Conjunta que encabezó el ministro Taiana, quedó claro que se avanza en un plan para fortalecer la presencia militar en Tierra del Fuego, que permitirá unir a la provincia más austral con el continente blanco.
Podría pensarse como una especie de puente con la Antártida Argentina, que estará situado a pocos kilómetros de la guarnición usurpadora británica apostada en las Islas Malvinas.
NA.